Plan de Igualdad

  • Sin estereotipos sexistas ni violencias de ningún tipo;
  • Diverso y abierto a todas las identidades;
  • Con una equilibrada representación de ambos sexos en todos los niveles educativos, en todas las disciplinas de estudio y en todos los espacios de formación complementaria,recreos y actividades extraescolares;
  • Con una población estudiantil donde, ambos sexos, estén preparados a la salida de su etapa educativa, para afrontar personal y profesionalmente los grandes desafíos (sociales, tecnológicos, climáticos y económicos) de la sociedad;
  • Con un profesorado debidamente capacitado en igualdad de género que sepa disponer de herramientas coeducativas a lo largo del todo el currículo formativo;
  • Dotados de los medios necesarios y debidamente preparados y organizados;
  • Y contando con una comunidad escolar sensibilizada por la igualdad real de oportunidades entre mujeres y hombres.

Estos son los propósitos, los objetivos para los que trabajamos desde el III Plan estratégico de igualdad de género en centros educativos. 

Este trabajo se lleva desarrollando en nuestros colegios e institutos desde el año 2007, con la aprobación de la Ley para la promoción de la igualdad de género en Andalucía, que reconocía la necesidad de contar con Planes de igualdad en los centros educativos. 

El Plan de Igualdad tiene como objetivos el desarrollo del Plan de Centro coeducativo a través de la organización escolar y el currículo sin sesgos de género, coordinar acciones de sensibilización, formación e implicación de la comunidad educativa, sensibilización y prevención de la violencia de género y acompañamiento en la intervención ante casos de violencia de género en el propio ámbito educativo.

La transversalidad de género es un concepto que consiste en integrar la igualdad de género en todas las etapas; en cada fase de gestión educativa, se deben tener en cuenta las necesidades y prioridades de mujeres y hombres, con el objetivo de eliminar cualquier forma de discriminación y fomentar la igualdad de oportunidades para todos.

Es fundamental que las niñas y los niños puedan elegir su camino formativo sin estar influenciados por estereotipos de género. El sistema educativo debe garantizar que ni las niñas se limiten a áreas relacionadas con el cuidado o las humanidades, ni los niños se orienten exclusivamente hacia la ciencia y la tecnología, eliminando cualquier sesgo sexist, y visibilizando la contribución de las mujeres en todas las disciplinas, para que tanto ellas como ellos puedan aprender a valorar la igualdad en todos los campos del conocimiento.

La educación debe ser un espacio inclusivo, donde se respete y valore la diversidad, y donde se eliminen las barreras que puedan generar discriminación. El sistema educativo debe garantizar una representación equitativa en todos los espacios, desde las actividades escolares hasta los recreos.

La escuela debe ser un entorno de convivencia que prevenga la violencia de género. Es necesario educar en igualdad desde edades tempranas, sensibilizando al alumnado y capacitando a los docentes en la detección y prevención de la violencia. Es esencial la labor de coordinación con recursos especializados y fomentar la implicación de las familias y de las asociaciones de madres y padres, quienes tienen un papel clave en el desarrollo de esta cultura de igualdad y respeto.

El objetivo de este enfoque educativo en igualdad en la infancia y la adolescencia es transformador. Desde pequeños, nuestros estudiantes aprenden a cuestionar los roles de género tradicionales y a construir relaciones basadas en el respeto mutuo, la empatía y la colaboración. No solo intervenimos en la formación del alumnado, sino que también trabajamos codo a codo con otros profesionales, instituciones públicas y, por supuesto, con las familias. La colaboración es clave para que los valores de igualdad, justicia y no discriminación no queden en el ámbito escolar, sino que se integren en el día a día de nuestros estudiantes y se extiendan a toda la comunidad.